Toronto (Canadá) – Estados Unidos ha comenzado a cumplir su amenaza de arrebatar la producción de automóviles a Canadá tras la inesperada decisión de Stellantis de transferir la futura fabricación del Jeep Compass de una planta canadiense a otra en Illinois.
Este cambio forma parte del plan de Stellantis, la compañía matriz de marcas como Jeep, Chrysler y Dodge, que busca incrementar en un 50 % su producción en sus plantas estadounidenses, para lo cual invertirá 13.000 millones de dólares en los próximos cuatro años.
Inicialmente, Stellantis había previsto que el Jeep Compass, un todocaminos SUV que actualmente se produce en la fábrica mexicana de Toluca, fuese fabricado en la planta de montaje de Brampton, en Canadá, a finales de 2025. Sin embargo, el fabricante anunció que la producción se realizará en la planta de Belvidere, en el estado de Illinois, a la que destinará 600 millones de dólares de su inversión total.
Empleos en peligro
El sindicato Unifor, que representa a los trabajadores del sector automotriz en Canadá, lamentó la decisión de Stellantis, que podría provocar la desaparición de 3.000 empleos, afirmando que el sector canadiense está siendo «sacrificado en el altar de Trump».
Lana Payne, presidenta de Unifor, declaró que «no se puede permitir que Stellantis reniegue de sus compromisos con los trabajadores canadienses y los Gobiernos no pueden quedarse quietos mientras nuestros empleos son transferidos a Estados Unidos».
En una declaración, el primer ministro canadiense, Mark Carney, afirmó que la decisión del fabricante de automóviles es una «consecuencia directa» de los aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos canadienses. Carney añadió que espera que Stellantis «cumpla los compromisos que tiene con los trabajadores de Brampton».
Conflicto natural
El anuncio de Stellantis se produce pocos días después de que el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, afirmara ante empresarios canadienses que Estados Unidos se quedará con la producción de vehículos en Norteamérica. En una intervención, Lutnick dijo que «el montaje de automóviles se va a hacer en EE.UU. y no hay nada que Canadá pueda hacer. La cuestión es, ¿a qué se va a dedicar entonces Canadá?»
Estas declaraciones reafirmaron las del presidente Donald Trump, quien durante una reunión con el primer ministro Carney expresó su intención de retirar a Canadá la producción de automóviles. «Tenemos un conflicto natural. También tenemos amor mutuo. Amo Canadá y la gente de Canadá, y Mark siente lo mismo. El problema es que ellos quieren una compañía de automóviles y yo quiero una compañía de automóviles», indicó Trump.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero de este año, Trump ha declarado que su intención es que toda la producción de automóviles vendidos en EE.UU. se realice en plantas del país, en detrimento de Canadá y México.
Futuro de la producción
En 2024, México produjo un récord de 3.990.000 vehículos en sus 20 plantas de montaje. De esa cifra, entre un 75 % y un 80 % fueron exportados a EE.UU. General Motors (GM) cuenta con cuatro plantas de montaje de vehículos en México, mientras que Ford tiene dos y Stellantis también posee dos.
GM ya ha anunciado que a partir de 2027 producirá los modelos Chevrolet Blazer y Equinox, que actualmente se fabrican en México, en plantas de EE.UU. El anuncio de Stellantis confirma que Toluca perderá la producción del Compass en el futuro.
Antonio Filosa, consejero delegado de Stellantis y director de operaciones para Norteamérica, afirmó que «esta inversión en Estados Unidos, la mayor en la historia de la compañía, impulsará nuestro crecimiento, reforzará nuestra base industrial y generará más empleos en los estados que consideramos nuestro hogar».






