Redacción
Los clientes del Banco Sabadell han salvado a la entidad de caer en manos del BBVA, ya que una abrumadora mayoría de los accionistas rechazó la oferta de compra, lo que ha sido una de las principales razones por las que esta OPA acabó siendo, para sorpresa de muchos, un fracaso para el grupo vasco.
El BBVA ha reconocido que le fallaron sus estimaciones, ya que contaban con el apoyo masivo de los grandes inversores, que podría haber logrado, y aspiraban a convencer a algunos de los pequeños accionistas del Sabadell con su última propuesta, que incluía solo un canje en acciones para reducir la factura fiscal.
Una «oportunidad perdida»
El presidente del banco, Carlos Torres, se mostraba «absolutamente convencido» de que lograrían más del 50 % del capital del Sabadell en la OPA. Sin embargo, la realidad fue que llegaron apenas al 25 %, incluyendo un paquete cercano al 4 % del inversor mexicano David Martínez, accionista de referencia del banco catalán.
Si hubieran podido alcanzar al menos el 30 %, el BBVA podría haberse planteado seguir adelante con su oferta, aunque esto le habría obligado a lanzar una OPA por todo el capital y exclusivamente en efectivo.
Los argumentos del BBVA para la OPA eran claros. Consideraban que se trataba de «una oferta muy atractiva» para los accionistas del Sabadell, especialmente tras haberla mejorado en un 10 % el pasado 22 de septiembre. Además, el grupo vasco creía que la operación era beneficiosa para la sociedad en su conjunto.
A pesar de la sensación de «oportunidad perdida», Torres está convencido de que tenían la obligación de apostar por el Sabadell y ha vinculado su continuidad al frente de la entidad a los buenos resultados del banco y la creación de valor para el accionista.
Los buenos resultados del Sabadell
Por su parte, en el Banco Sabadell mostraron su satisfacción con el resultado de la OPA, alegrándose de que la entidad pueda continuar su camino en solitario gracias al apoyo «mayoritario e inquebrantable» de sus clientes y accionistas, como reconoció su presidente, Josep Oliu.
A lo largo de un proceso que ha durado más de 17 meses, el Banco Sabadell ha defendido su posición y ha conseguido que diversas instancias políticas, empresariales y buena parte de la sociedad coincidan en oponerse a la OPA hostil, la cual fue presentada tras el rechazo de la oferta por parte de la cúpula de la entidad vallesana.
Además, el Sabadell tuvo la oportunidad de sorprender al mercado en varios trimestres con sus resultados, la venta de su filial británica TSB al Santander, la promesa de un dividendo extraordinario de 2.500 millones de euros para principios de 2026, y un retorno al accionista sin precedentes.
El papel de los pequeños accionistas
La idea tras la OPA siempre fue que los accionistas del Sabadell, es decir, los dueños del banco, pudieran decidir sobre su futuro y si les convencía unirse al proyecto del BBVA. Algunos, como el mexicano David Martínez, consideraron que era apropiado aprovechar la oferta, pero la realidad es que pocos lo hicieron.
Zurich, el segundo accionista del Sabadell con casi un 5 %, dejó claro que no participaría en la OPA. Aunque es posible que algunos grandes fondos hayan acudido, los que replican índices —un segmento en el que el BBVA esperaba conseguir entre un 10 % y un 12 %— no lo hicieron.
El hecho clave fue el rechazo masivo de los clientes accionistas del Banco Sabadell, ya que menos del 3 % decidió acogerse a la OPA, lo que apenas representa un 1,1 % del capital.
En los días previos al cierre del periodo de canje, el BBVA observó cómo los accionistas del Sabadell que tenían acciones en el banco vasco se sumaban a la oferta, e incluso algunos que no eran clientes del BBVA, superando así más del 50 % de este colectivo.
No obstante, los pequeños accionistas controlan más del 40 % del capital del Sabadell, de los cuales el 80 % son clientes de la entidad, y estas resultaron mucho más difíciles de convencer.
La duda permanece: ¿fue por su confianza en el banco catalán y el retorno que recibirán mediante dividendos, o por la creencia de que habría una segunda OPA?
