La presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, ha afirmado este jueves que no está en riesgo la seguridad del suministro eléctrico. Esto se produce después de que la compañía haya solicitado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) la aprobación de modificaciones temporales para reforzar el sistema, tras observar «variaciones bruscas de tensión».
«Estas últimas semanas hemos venido observando episodios de variaciones bruscas de tensión, siempre dentro de los límites y márgenes establecidos. Y tengo que decir que esto no significa que se encuentra en riesgo la seguridad del suministro, como a veces se ha interpretado», ha explicado Corredor.
En este sentido, ha recordado que es «responsabilidad» del operador del sistema adoptar las medidas «necesarias» y proponer los cambios normativos «precisos» para evitar que estas variaciones bruscas puedan suponer una debilidad del sistema.
“No debemos ser alarmistas”
«Ni vamos a ser alarmistas, ni debemos ser alarmistas. La seguridad del suministro no es un concepto binario, no es o hay seguridad 100 % o hay un cero eléctrico. No es así», ha apuntado Corredor.
La presidenta de Redeia ha destacado que el sistema eléctrico tiene miles de plantas y kilómetros de redes, así como otros elementos. «Todos los días hay incidencias en el sistema eléctrico y, para que esto no suponga un perjuicio, el sistema opera en modo N-1, para que en caso de que un elemento falle, el sistema se mantenga operando. Incluso, en algunos momentos, opera como N-2», ha añadido.
Cuando «nos encontramos» con un N-12, como el día del apagón del 28 de abril, Corredor ha resaltado que «no hay sistema eléctrico que pueda soportarlo».

Asimismo, ha señalado que estas «rápidas variaciones de tensión» no benefician evidentemente a la seguridad de suministro.
Según Corredor, «se observan, sobre todo, en periodos de baja demanda, alto recurso solar y, lo más importante, respuesta no adecuada de la generación que tiene control de tensión, que no es la fotovoltaica, es la térmica y la hidráulica superior a 30 megavatios incorporada en el transporte».
Complejidad del sistema
Esta respuesta «no adecuada» de las centrales convencionales con obligación de control continuo de la tensión es lo que «evidentemente» el operador del sistema tiene que tener en cuenta, mientras no entre en vigor el procedimiento 7.4, que se aprobó en junio y permite que las plantas renovables controlen también la tensión.
Además, ha señalado que la complejidad del sistema ha aumentado en los últimos años tras el fuerte incremento de instalaciones de pequeña potencia conectadas a la red de baja tensión, parte de las cuales son de autoconsumo, para lo que el operador reclama mayor «observabilidad» de estas plantas.
Por estos motivos, Corredor ha explicado que el operador del sistema envió «nuevas consignas de rampa» para que las plantas renovables alcancen el 100 % de capacidad en 15 minutos. Días después, se envió a la CNMC la petición para aprobar modificaciones temporales para reforzar el sistema.
Coste del sistema en modo reforzado es de 371 millones
La presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, ha estimado en 371 millones de euros el coste que tiene para el sistema eléctrico la operación que supone el conocido como modo reforzado, con el que opera Red Eléctrica tras el apagón del pasado 28 de abril que afectó de forma masiva a la Península Ibérica.
«Esta operación reforzada, evidentemente, ha tenido un coste, que se ha estimado para todo el sistema en 371 millones de euros», ha afirmado Corredor en la XII edición del Foro Solar organizado por UNEF.
Asimismo, ha apuntado que «es un coste que se traduce en ingresos para los generadores que están obligados desde el año 2000 a controlar la tensión».






