Miles de ovejas y cabras recorrieron el centro de Madrid con sus pastores en la XXXII edición de la Fiesta de la Trashumancia 2025, un evento que destaca no solo por su componente lúdico y social, sino también por su relevancia histórica. Este año, más de 1.100 ovejas merinas y 200 cabras guisanderas y de Guadarrama atravesaron la ciudad, reivindicando la ganadería extensiva como herramienta crucial en la conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.
La afluencia del ganado al centro de la ciudad generó serios inconvenientes de tráfico, ya que, además de la festividad, había manifestaciones y carreras populares que obligaron a realizar numerosos cortes. Las ovejas, guiadas por la Fundación Trashumancia y Naturaleza, iniciaron su recorrido a las 10:00 horas desde la Casa de Campo, completando el itinerario tradicional con llegada a la Plaza de Cibeles alrededor de las 13:00 horas.
La celebración fue colorida y festiva, complementada con grupos ataviados con trajes regionales, así como música y danzas tradicionales.
La Concordia de 1418
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, junto al concejal delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, dieron la bienvenida en la Casa de Campo al secretario de la Fundación Trashumancia y Naturaleza, Manuel Bahillo Martín, quien llegó acompañado del rebaño.
Carabante subrayó la importancia de esta fiesta: «Permite volver a poner en valor la actividad ganadera, la trashumancia, y la recuperación de las vías pecuarias que se convierten en corredores ecológicos».
Cada año en la Plaza de Cibeles se lleva a cabo la lectura de la histórica Concordia de 1418, un acuerdo entre la Mesta y el Concejo de la Villa. Posteriormente, se realiza una entrega simbólica de «50 maravedís al millar», el precio que antiguamente se pagaba a las autoridades por el paso del ganado.
El rebaño, que proviene de la Sierra de Gredos y Ávila, pasará el resto del invierno en Aranjuez, cumpliendo con su ciclo trashumante.
Homenaje a Jesús Garzón
Carabante destacó también el valor de esta actividad ancestral, no solo desde el punto de vista económico y social, sino también ecológico y medioambiental, subrayando su contribución a la preservación de los bosques y a las labores de desbroce, que son esenciales en la prevención de incendios.
La fiesta de este año coincide con el homenaje que la Institución Libre de Enseñanza dedicará al naturalista Jesús Garzón, impulsor de la recuperación de la trashumancia. Este reconocimiento será recordado en la celebración del Año Internacional de los Pastizales y Pastores, declarado por la UNESCO para 2026.






